El desarrollo de la cultura nativa de la étnia tibetana(3)
2008-04-10 00:00

Pleno desarrollo de los estudios tibetanos y renovado esplendor de la medicina y la farmacología tibetanas

En el viejo Tibet, no existía lo que modernamente entendemos por estudios tibetanos. Hoy día, estos estudios están experimentando un gran desarrollo. La tibetología se ha convertido en una nueva ciencia de carácter mundial reconocida universalmente y muy valorada por los círculos académicos internacionales. La tibetología traspasa los límites impuestos por "los Cinco Tratados Mayores y los Cinco Tratados Menores de la Doctrina Budista" de la cultura tradicional tibetana, puesto que abarca la mayoría de las ramas básicas de las ciencias sociales y naturales, entre ellas la política, la economía, la historia, la literatura, el arte, la religión, la filosofía, la lingüística, la escritura, la geografía, la educación, así como la arqueología, las costumbres y hábitos populares, la medicina y la farmacología tibetanas, la astronomía, el calendario, la protección ecológica, el desarrollo económico sostenible de la economía, la agricultura y la ganadería, constituyéndose de este modo en un gran sistema para el estudio integral de la sociedad tibetana. Según las estadísticas, en China hay más de 50 organismos dedicados a los estudios tibetanos y 1.000 expertos y eruditos en esta disciplina.

Los estudios tibetanos del Tibet dieron sus primeros pasos después de la liberación pacífica. Desde los años 70, el Tibet instituyó sucesivamente una serie de organismos de estudios tibetanos, representados por la Academia Tibetana de Ciencias Sociales. En los últimos años, la academia ha logrado avances sensacionales en los estudios tibetanos, redactando y publicando una serie de importantes obras especializadas, tales como Historia general del Tibet (en tibetano y han), Historia política del Tibet de Xagaba (anotada), Historia antigua y moderna de las comunicaciones en el Tibet (en han), Conceptos de la filosofía tibetana (en tibetano), Diccionario de la filosofía tibetana (en tibetano) y Catálogos de los documentos de estudios tibetanos. La revista Estudios tibetanos ha llegado a situarse entre las cien mejores revistas de ciencias sociales del país publicadas en han. Especialmente en los últimos años, la investigación en el ámbito de las ciencias sociales ha experimentado un desarrollo sin parangón en la historia del Tibet. En efecto, ha surgido un grupo de destacados expertos y eruditos que con sus investigaciones han ido llenando las importantes lagunas académicas existentes en las diferentes ramas de los estudios tibetanos y que han hecho valiosas contribuciones a la sistematización, la compilación y la preservación del inapreciable patrimonio cultural e histórico de la etnia tibetana, recogiendo así el testigo de su excelente cultura tradicional y enriqueciendo de este modo el acervo de la cultura tradicional de la nación china.

Además, se han cosechado grandes éxitos en la recopilación y catalogación de los documentos y datos históricos en han relacionados con los estudios tibetanos. Hasta la fecha, se han redactado y editado más de 200 volúmenes, con una tirada de 5 millones de ejemplares, que han tenido una gran repercusión dentro y fuera del país. Estas publicaciones proporcionan abundantes datos históricos y pruebas fehacientes a la tibetología y al estudio de las relaciones entre las etnias tibetana y han, y de las relaciones entre el Gobierno central y el gobierno local del Tibet. El círculo de tibetólogos desarrolla una intensa actividad de intercambio y cooperación académica con el extranjero, ha atendido la visita de más de 200 expertos y eruditos, y envía con frecuencia a expertos y eruditos al extranjero para dar conferencias y poner en marcha programas de cooperación académica.

La medicina y la farmacología tibetanas, que muestran de forma evidente características peculiares de esta etnia, ocupan un lugar de primer orden en su cultura tradicional y constituyen una escuela especial dentro del acervo médico y farmacológico de la nación china. Sin embargo, antes de 1959, en el Tibet había solamente dos instituciones médicas, a saber, el "Mantsikhang" (Instituto de Medicina y Astrología del Tibet), y el "Chakpori Zhopanling" (Instituto Médico Salvación de Todas las Vidas de la Montaña Rey de la Medicina). Ambas funcionaban en pésimas condiciones, puesto que el total de la superficie edificada destinada a las consultas médicas era apenas de 500 metros y su plantilla estaba formada por menos de 50 trabajadores. Diariamente se atendía a entre 30 y 50 enfermos, la mayoría de los cuales eran aristócratas, señores feudales y lamas de las jerarquías superiores.

A lo largo de los más de 40 años transcurridos desde la reforma democrática del Tibet, el Estado ha asignado más de 800 millones de yuanes a la medicina y la farmacología tibetanas, fomentando el vigoroso desarrollo de ambas disciplinas. En la actualidad, hay en el Tibet un total de 14 instituciones de medicina tibetana, además de secciones de medicina tibetana en más de 60 hospitales distritales. En 1959, los trabajadores de la medicina y la farmacología tibetanas de distintas categorías que había en la región autónoma sumaban 434, mientras que en 1999 dicho número ascendía a 1.071, cifra que se desglosaba en 61 médicos jefes y subjefes, 166 médicos titulares y 844 médicos asistentes. El Hospital de Medicina Tibetana de la región autónoma del Tibet, establecido mediante la fusión del "Mantsikhang" y el "Chakpori Zhopanling", cuenta con una superficie construida de más de 100.000 metros cuadrados, 250 camas y una plantilla de 438 trabajadores, entre los cuales, 290 ténicos sanitarios. El hospital ofrece servicios médicos gratuitos a las masas populares tibetanas y atiende anualmente más de 230.000 consultas. El hospital está equipado con un departamento de consultas, un departamento de hospitalización, un laboratorio farmacéutico, un instituto de investigación de la medicina tibetana y un instituto de astronomía y calendario. El departamento de consultas cuenta con secciones de medicina interna, cirugía, ginecología y obstetricia, oncología, gastroenterología y pediatría; asimismo, en dicho departamento se pasan las consultas de más de 20 secciones médicas, entre ellas las de medicina preventiva y mantenimiento de la salud, estomatología, oftalmología y la terapia externa de la medicina tibetana. Además, el hospital dispone de modernos equipos, como los utilizados en el laboratorio de análisis clínico, en radiología, en las exploraciones con ondas supersónicas B, en la electrocardioscopia y en la gastroscopia. Además de emplear las terapias de la medicina tradicional tibetana, en el tratamiento de las enfermedades se recurre a nuevos procedimientos surgidos de la combinación de las medicinas occidental y tibetana, con lo que se enriquece y desarrolla la metodología y las teorías de la medicina tradicional tibetana relacionadas con la diagnosis y el tratamiento de las enfermedades.

Se concede suma importancia a la investigación científica y a la formación en la medicina y la farmacología tibetanas. Las instituciones médicas tibetanas de los distintos niveles participan activamente en la investigación científica de la medicina y la farmacología tibetanas. Buena prueba de ello es la recopilación de cerca de 100 volúmenes de tratados médicos tibetanos. Asimismo, asumiendo el papel de herederos de la experiencia y las teorías más valiosas de sus precursores, dichas instituciones han publicado estudios sobre la historia de la medicina tibetana, los documentos clásicos de la medicina y la farmacología tibetanas, sus teorías farmacológicas, su ética profesional, las enseñanzas legadas por los maestros, así como las materias médicas tibetanas. Se han editado más de 32 obras especializadas, entre ellas Cuatro clásicos médicos (en tibetano y han), Barniz azul, Colección completa de gráficos murales de los cuatro clásicos médicos, Diagnosis de la medicina tibetana, Nueva farmacopea de la medicina tibetana y Biografías de médicos tibetanos célebres. Durante los más de 10 años transcurridos desde su fundación, el Hospital de Medicina Tibetana del Tibet ha formado a 615 profesionales de medicina tibetana para las instituciones de medicina tibetana de distintos niveles. La elaboración de medicamentos tibetanos se ha encauzado por el camino de la administración estandarizada, normalizada y científica. En la actualidad, hay en Tibet unos 10 laboratorios farmacéuticos de medicina tibetana. El Laboratorio Farmacéutico de la Región Autónoma del Tibet, cuya producción anual alcanza un valor de 46,1 millones de yuanes, cuenta con dos líneas de producción en las que se elaboran más de 110 tipos de medicamentos.

La medicina y la farmacología tibetanas se difunden por el mundo y suscitan gran interés en los círculos médicos internacionales. Todos los años, son muchos los expertos y eruditos que se desplazan al Tibet para investigarlas de cerca. La medicina y la farmacología tibetanas se han introducido en Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania y otros países. De muchos países vienen los numerosos alumnos que cursan sus estudios de medicina tibetana en esta región autónoma. Con el correr del tiempo, la medicina y la farmacología tibetanas, antiguas disciplinas científicas pletóricas de vitalidad, desempeñarán un importante papel en la mejora de la salud del pueblo tibetano y aportarán beneficios aún mayores a toda la humanidad.

Salto adelante histórico de la educación popular

En el antiguo Tibet no había escuelas en el sentido propio y moderno del término. Los monasterios monopolizaban la educación. Casi la totalidad de los alumnos de las escasas escuelas oficiales de funcionarios clericales y laicos eran hijos de aristócratas. Las masas de siervos no tenían acceso a la educación y el 95% era analfabeta. En la escuela primaria nacional de Lhasa, establecida por el Ministerio de Educación del Gobierno Nacional en 1937, estudiaron como mucho menos de 300 alumnos. Durante unos 10 años, solamente 12 personas se graduaron del segundo ciclo de la enseñanza primaria.

Desde el inicio de la reforma democrática, el gobierno popular de la región autónoma del Tibet ha considerado el desarrollo de la educación popular como parte importante de los esfuerzos por elevar el nivel científico y cultural del conjunto de la etnia tibetana. Con el fin de garantizar el derecho del pueblo a acceder a la educación, en 1994 el gobierno de la región autónoma del Tibet promulgó y puso en práctica las Medidas para la Aplicación de la Educación Obligatoria en la Región Autónoma del Tibet y el Programa de Educación Obligatoria en la Región Autónoma del Tibet. Al mismo tiempo, se formularon diversas políticas preferenciales relacionadas con la inversión en educación. En ellas se estipulaba claramente que la región autónoma debía asignar a la educación el 17% tanto de su presupuesto fiscal como de sus fondos anuales para la construcción de infraestructuras. Entre 1990 y 1995 se invirtieron en educación un total de 1.030 millones de yuanes procedentes del presupuesto fiscal regional. En la actualidad, en el Tibet se han consolidado las bases de un sistema educativo relativamente completo. Los cuerpos docente y administrativo están integrados por 22.279 empleados, de los cuales 19.276 son profesores a tiempo completo. Los profesores de las diversas minorías étnicas, con los de la tibetana a la cabeza, constituyen el 80% del profesorado.

La educación del Tibet se desarrolla con celeridad. Según las estadísticas, en el Tibet hay ahora 101 escuelas de enseñanza secundaria, 820 escuelas de enseñanza primaria y 3.033 centros de enseñanza. El número de estudiantes de las escuelas primarias y secundarias es de 354.644, de los cuales 34.756 son alumnos de primer ciclo de las escuelas secundarias y 9.451 son alumnos de segundo ciclo de las escuelas secundarias regulares. La tasa de escolarización de la población infantil alcanza el 83,4%. Se ha generalizado la educación obligatoria de 3 años en las zonas ganaderas, la de 6 años en las zonas agrícolas y la de 9 años en las principales ciudades y poblados. Paralelamente, se han establecido 16 escuelas secundarias politécnicas. En las escuelas secundarias politécnicas de dentro y de fuera de la región autónoma están matriculados 8.161 estudiantes de la región autónoma. Gracias al desarrollo de la educación para adultos, entre los adultos y jóvenes tibetanos el analfabetismo se redujo del 95% de 1951 al 42% de 1999. En el acelerado desarrollo de la educación superior, se fundaron sucesivamente el Instituto Etnico del Tibet, el Instituto de Agricultura y Ganadería del Tibet, la Universidad del Tibet y el Instituto de Medicina Tibetana del Tibet. En estos cuatro centros docentes superiores estudian 5.249 estudiantes.

A lo largo de varios decenios, el Tibet ha formado a más de 20.000 graduados universitarios y a 23.000 graduados de escuelas secundarias politécnicas. La región autónoma ya dispone de sus propios doctores y licenciados, así como de un elevado número de científicos, ingenieros, profesores académicos, médicos famosos, literatos y artistas de la etnia tibetana.

Acelerado desarrollo de la prensa, la edición, la radiodifusión, el cine y la televisión

Antes de la liberación pacífica del Tibet, en la región no había prensa ni industria editorial tal como las entendemos hoy en día. Las escasas imprentas xilográficas existentes se dedicaban casi exclusivamente a la impresión de cánones. Tras la liberación pacífica del Tibet, la prensa y la industria editorial crecieron gradualmente desde la nada. La edición de libros, periódicos y materiales audiovisuales ha experi-mentado un progreso notable, especialmente en los últimos 20 años, sentándose así las bases de un sistema completo de prensa y edición, que cubre toda la región autónoma.

La industria editorial prospera en el Tibet. En esta región autónoma se han fundado sucesivamente cuatro editoriales y una planta de producción de materiales audiovisuales. Durante los más de 30 años transcurridos desde su fundación, las prensas de la Editorial Popular del Tibet han imprimido más de 78,9 millones de ejemplares repartidos entre más de 6.600 títulos. Alrededor del 80% de ellos están publicados en tibetano y cerca de 100 han obtenido premios nacionales y regionales. En la actualidad, en el Tibet hay 25 imprentas de distintos tipos, entre ellas la Imprenta Xinhua del Tibet. En el sector de la impresión se están introduciendo nuevas tecnologías, como la composición electrónica, la litografía en offset, la separación electrónica de colores y la impresión polícroma. Antes de su liberación pacífica, el Tibet no disponía de sistema alguno de distribución de libros que mereciera el nombre de tal. Hoy día, en cambio, cuenta con 67 librerías Xinhua de nivel regional, prefectural o municipal, y distrital, es decir, dispone de una red básica de distribución de libros que se extiende por toda la región autónoma. En los últimos 20 años, a través de esta nueva red se han distribuido más de 90 millones de libros en tibetano correspondientes a más de 8.000 títulos diferentes. La publicación tanto de periódicos como de revistas también avanza de forma constante. Desde que se fundó el Diario del Tibet en 1956 y la Literatura y arte del Tibet en 1977, el número de revistas y periódicos publicados ha aumentado hasta llegar a 52.

La radiodifusión, el cine y la televisión del Tibet se desarrollaron a partir de su liberación pacífica. En 1953 se estableció la emisora de radio con cables de Lhasa; en 1958 se inició la radiodifusión sin cables; en 1959 se instituyó oficialmente la Radio Popular del Tibet; en 1978 se emitieron programas de televisión en blanco y negro con carácter experimental; en 1979 se transmitieron programas de televisión en color a título de prueba; en 1985 se instituyó oficialmente la Cadena de Televisión del Tibet; y en 1995 se inauguró el Centro de Estudio y Doblaje de Programas de Radio y Televisión del Tibet. A lo largo de unos 40 años, el Estado y la región autónoma han invertido más de 530 millones de yuanes en la mejora de la radiodifusión, el cine y la televisión. El Gobierno central y las provincias y municipios hermanos han apoyado al Tibet aportando una gran cantidad de equipos y materiales. Por otra parte, más de 200 técnicos y cuadros distribuidos en 5 grupos se desplazaron al Tibet, donde prepararon a un nutrido grupo de profesionales para la radiodifusión, el cine y la televisión. En la actualidad funcionan en el Tibet 2 radioemisoras, 36 estaciones transmisoras y repetidores de radio en ondas corta y media, 45 repetidores de radio en FM a nivel distrital, 2 emisoras de televisión sin cables, 354 repetidores de televisión y 1.475 estaciones terrestres de emisiones vía satélite. La radio y la televisión llegan, respectivamente, al 65% y el 55% de la población regional. El 75% de la población del municipio de Lhasa y de sus inmediaciones ven la televisión. En las zonas agrícolas y ganaderas, el cine constituye una de las principales opciones culturales. En la región autónoma, hay 436 cines y 650 equipos de base de proyección de películas, así como más de 9.300 locales en los que se proyectan películas siguiendo una programación regular, llegando el número anual de proyecciones a las 130.000 y el de espectadores a los 28,5 millones. Según estas cifras, las masas populares formadas por los campesinos y los pastores ven por lo menos una película al mes. En las zonas agrícolas y ganaderas, las películas se proyectan dobladas al tibetano, de manera que los campesinos y los pastores no tienen problema alguno de comprensión. La radio, el cine y la televisión ya se han convertido en una importante faceta de la vida cultural del pueblo de las diversas etnias del Tibet.

En los últimos 40 años, la cultura tibetana ha experimentado un gran adelanto, sin renunciar por ello ni a la herencia de su excelente tradición cultural ni a la conservación de las peculiaridades propias de la etnia. Este adelanto se manifiesta especialmente en los siguientes puntos. En primer lugar, el cuerpo principal de la cultura tibetana se ha modificado radicalmente a consecuencia de la supresión absoluta del monopolio de la misma detentado por una camarilla de propietarios feudales de siervos, de suerte que el pueblo tibetano se ha convertido en el cuerpo principal del legado, el desarrollo y el disfrute de su cultura. En segundo lugar, el contenido de la cultura tibetana se ha visto sometido a cambios trascendentales. El progreso y el desarrollo de la sociedad tibetana han traído consigo el abandono de los elementos corruptos y obsoletos inherentes a la servidumbre feudal, la protección y el respeto plenos de las creencias religiosas de los creyentes de la etnia tibetana, así como la preservación y la transmisión adecuadas de la magnífica cultura tradicional de la etnia tibetana, cuyos nuevos contenidos reflejan la nueva vida de las masas populares y el desarrollo social. El esplendor creciente de la cultura tibetana se manifiesta tanto en las formas como en los contenidos. En tercer lugar, el desarrollo de la cultura tibetana ha sido protagonista de cambios esenciales. Tras salir de su aislamiento, inmovilismo y decadencia, cobró un nuevo impulso de desarrollo a la modernización y de apertura al mundo entero. Al mismo tiempo que la cultura tradicional se desplegaba, tanto la ciencia y la tecnología modernas como la educación y la difusión de la prensa brotaron de la nada y registraron un desarrollo inaudito.

Todo ello mueve a una seria reflexión. En efecto, pues mientras la cultura tibetana progresa sin cesar, la camarilla del Dalai Lama difunde desaforadamente entre la comunidad internacional la letanía de "la extinción de la cultura tibetana" y, apoyadas por algunas fuerzas internacionales hostiles, pone de vez en cuando a la opinión pública en contra de China. Al estudiar el desarrollo cultural del Tibet en los más de 40 años transcurridos desde su reforma democrática, se constata claramente que la extinción cultural de la que se lamenta la camarilla del Dalai Lama no es sino el desarrollo genuino de la cultura tibetana.

En primer lugar, la cultura forma parte de la ideología social y cambia y evoluciona a merced de la transformación y el desarrollo de la base económica y la superestructura. La formación y el desarrollo de la cultura occidental moderna están estrechamente relacionados, por una parte, con las revoluciones burguesas europeas de la edad moderna que acabaron con la servidumbre feudal y el sistema medieval teocrático surgido de la fusión del Estado y la Iglesia, y, por otra parte, con las reformas religiosas y los trascendentales cambios ideológicos y culturales que acompañaron a las grandes revoluciones. De manera similar, el desarrollo de la cultura tibetana a lo largo de los últimos 40 años ha coincidido con un período de gigantescos cambios sociales que despedazaron la servidumbre feudal levantada sobre los cimientos de la unión del poder político y del religioso, sistema más oscurantista si cabe que el imperante en la Edad Media europea. Junto con la extinción de la servidumbre feudal, desaparecieron indefectiblemente tanto el monopolio de la cultura tibetana que detentaba una minoría formada por propietarios de siervos, rasgo cultural distintivo del antiguo sistema social, como el viejo despotismo cultural caracterizado por una imbricación del Gobierno y la Religión, en la que esta última dominaba la vida política de toda la sociedad. Ello es una consecuencia inevitable del desarrollo histórico y cultural del Tibet. En efecto, sin tal "extinción", la emancipación y el desarrollo social y cultural del Tibet no hubieran sido posibles; hubiera sido imposible que las masas tibetanas consiguieran el derecho de poseer los frutos del desarrollo de su cultura y de disfrutar de ellos; y tampoco hubiera sido posible que el pueblo tibetano gozara de una verdadera libertad de creencia religiosa ni que ésta se convirtiera en un asunto personal. Sin embargo, dicha "extinción" es fatal para la servidumbre feudal representada por la camarilla del Dalai Lama, puesto que señala el fin de su tiranía cultural. Por lo tanto, no es de extrañar que sus integrantes proclamen a gritos "la extinción de la cultura tradicional del Tibet".

En segundo lugar, una cultura no se desarrolla en una situación de aislamiento, sino que absorbe constantemente nuevos contenidos y formas con el paso del tiempo y el desarrollo social, nutriéndose y enriqueciéndose por medio del contacto con otras culturas y su asimilación. El desarrollo de la cultura tibetana durante los últimos 40 años se ha materializado precisamente mediante su simbiosis con la civilización contemporánea, incluida la occidental, en el preciso momento en que la sociedad tibetana salía paso a paso de la ignorancia y el atraso, y se encaminaba hacia la reforma, la apertura y la modernización. Los cambios operados en los modos de producción y de vida del Tibet han provocado cambios inexorables en la manera de pensar y en las ideas de las masas tibetanas. En este proceso han surgido nuevos elementos culturales ausentes en la cultura tradicional tibetana, pero que son indispensables para la civilización moderna, como las ciencias, la tecnología, la educación y la difusión de la prensa de la edad moderna. Ciertos elementos destacados de la cultura tradicional de la etnia tibetana se han revitalizado en esta nueva época, mientras que los obsoletos, contrarios al desarrollo social y la vida del pueblo, se han ido olvidando y abandonando poco a poco. Se trata de un fenómeno natural que obedece a las leyes del desarrollo de la cultura; y es, precisamente, una manifestación de la prosperidad y el desarrollo constantes de la cultura tibetana en estas nuevas circunstancias. Al tachar el desarrollo de la cultura tibetana de "extinción de la cultura tibetana", porque ha adquirido nuevo sentido de la época y logrado nuevos progresos, lo que en realidad se está haciendo es exigir al pueblo tibetano que conserve intactos el modo de vida y los valores culturales propios de la servidumbre feudal del viejo Tibet. Tal exigencia va totalmente en contra de la corriente del progreso contemporáneo y de los intereses fundamentales del pueblo tibetano. Y yendo en esa dirección llega al colmo de lo absurdo.

La humanidad está dando sus primeros pasos en el nuevo milenio. La globalización económica y la informatización de la vida social avanzan con una rapidez espectacular, transformando día a día la vida material y cultural de la humanidad. A medida que se profundice en la reforma, en la apertura y en la modernización de China, y, sobre todo, conforme se lleve a cabo la estrategia de desarrollo de la región oeste, el Tibet, emprendiendo la marcha desde un nuevo punto de partida, avanzará hacia la modernización y hacia el mundo. No cabe duda de que en este proceso de avance la cultura tibetana cosechará nuevos y mayores éxitos.
Suggest To A Friend:   
Print