Respeto y protección de las costumbres y de la libertad de creencia religiosa
El Estado respeta y garantiza el derecho del pueblo de las diversas etnias del Tibet, en particular el de la etnia tibetana, a vivir y a llevar a cabo actividades sociales de acuerdo con sus costumbres tradicionales. Asimismo, respeta y garantiza la libertad de creencia religiosa, el ofrecimiento de sacrificios y la participación en las grandes festividades religiosas y populares. Al mismo tiempo, las masas trabajadoras, apoyándose en el progreso y el desarrollo social, han abandonado algunos viejos hábitos decadentes y obsoletos propios de la servidumbre feudal. Ello constituye, por una parte, un reflejo de la aspiración del pueblo de la etnia tibetana al disfrute de una vida sana, civilizada y moderna, y, por otra parte, una prueba fehaciente del progreso cultural incesante que está experimentando la etnia tibetana en esta nueva época. La vida del pueblo tibetano se ha enriquecido en gran medida con la adopción de no pocos hábitos de la cultura moderna relacionados con el vestido, la alimentación, la vivienda, el transporte, así como con las bodas y los funerales, sin que ello haya supuesto en absoluto el abandono por parte de los tibetanos de su manera y estilo tradicionales de vestir, alimentarse y construir viviendas. Todos los años, el pueblo de la etnia tibetana se reúne en Lhasa para celebrar las fiestas tradicionales, entre las que sobresalen el año nuevo tibetano, la fiesta de Sakadawa, la fiesta de Ongkor, la fiesta de Shoton, la fiesta de baño, la fiesta de las linternas de mantequilla, la fiesta del Dharma, la fiesta de ofrendas, la fiesta de Garchachen y las carreras de caballos. Fuera de Lhasa se celebran también otras fiestas tradicionales. Asimismo, se congregan en templos y monasterios para participar otras festividades religiosas, entre ellas el Shimo Chento del monasterio de Tashilhunpo, el Nganjo del monasterio de Ganden, la fiesta de las sutras compiladas y danzas religiosas del monasterio de Samye, el Vajra de julio del monasterio de Sakya, la fiesta de erguir los palos de pendón del monasterio de Tsurpu y el Paltung Tanbo del monasterio de Radreng. Los tibetanos también celebran las siguientes nuevas fiestas nacionales e internacionales: el Día Internacional de
El Gobierno Popular Central y el gobierno popular de la región autónoma del Tibet prestan especial atención al respeto y la protección de la libertad de creencia religiosa del pueblo tibetano y a la práctica normal de sus actividades religiosas. Tras la reforma democrática, se logra proteger adecuadamente los monasterios y las reliquias y lugares de importancia histórica, religiosa y cultural, atendiendo así a las peticiones de un nutrido grupo de monjes y monjas, y satisfaciendo con ello el deseo expresado por las masas populares de poder practicar su religión. Entre otros lugares, el Gobierno Central incluye los siguientes en su lista de principales entidades de protección de reliquias culturales de nivel estatal: el palacio de Potala, los tres grandes monasterios de Lhasa, el templo de Jokhang y el monasterio de Tashilhunpo en Xigaze. Los murales, las esculturas, las estatuas, los thangkas (pinturas en rollos), los adornos artísticos, las escrituras sagradas, las ofrendas, los instrumentos musicales empleados en los ritos y los relicarios de Buda atesorados en estos monasterios, así como otros vehículos de la cultura religiosa, entre ellos los pabellones de oración, los palacios, los templos, las pagodas y los propios monasterios, todo ello, se protege o restaura con mayor esfuerzo posible. Fue sobre todo a partir de los años 80 cuando el Estado asignó cuantiosas partidas presupuestarias a la reconstrucción de célebres monasterios y templos, como los monasterios de Ganden, de Yungbulhakhang y de Sanggaguotuo. Dichos fondos se destinaron también a la reparación de algunos monasterios famosos que, como los de Samye, Shalu, Sakya, Changzhug, Qamba Ling y Toling, llevaban mucho tiempo sin ser reparados. Las escrituras sagradas y los libros clásicos custodiados en el palacio de Potala, en Norbulingka y en el monasterio de Sakya se conservan en buen estado. Se han clasificado y editado muchos documentos y libros antiguos, entre ellos el Catálogo de libros clásicos del palacio de Potala,
Preservación, transmisión y fomento del arte y la cultura en todos sus aspectos
El Gobierno Popular Central y el gobierno popular de la región autónoma del Tibet prestan una atención sistemática a la preservación, la transmisión y el fomento del arte y la cultura de la etnia tibetana. En los años 50, junto con sus colegas tibetanos, un numeroso grupo de escritores y artistas de diversas etnias viajó por la región autónoma recogiendo joyas de la música y las danzas folklóricas, y de los cuentos, proverbios y baladas populares. Estos hallazgos culturales fueron sistematizados y publicados en una serie de libros, como el titulado Baladas tibetanas. A finales de los años 70, el Estado comenzó a compilar y sintetizar a gran escala y de manera sistemática el patrimonio folklórico artístico y cultural de la etnia tibetana. A partir de los años 80, se instituyeron, tanto a nivel de región como a nivel de prefectura y de municipio, organismos especializados en sintetizar y estudiar el patrimonio cultural étnico. Estos organismos, cuya labor no tiene parangón en la historia, se encargan de fomentar la recogida, la síntesis, el estudio, la redacción y la edición de obras literarias y artísticas pertenecientes a la herencia folklórica tibetana. El gobierno de la región autónoma del Tibet mandó sucesivamente varios equipos de investigación a los municipios, poblados, zonas rurales y monasterios. Los materiales recogidos por esos equipos están formados por manuscritos en tibetano y en han de entre 20 ó 30 millones de caractéres, numerosas grabaciones en vídeo y sonoras, y cerca de 10.000 fotografías. Sobre la base de estos materiales, se redactaron y editaron las obras siguientes: Historia de las óperas de China - Tomo del Tibet; Colección de baladas folklóricas de China - Tomo del Tibet; Colección de las danzas folklóricas de China - Tomo del Tibet; y Colección de proverbios chinos - Tomo del Tibet. Las colecciones de narraciones folklóricas, canciones populares, óperas, música y cuentos populares están en fase de redacción y se van a editar próximamente. La redacción y la edición de estas grandes colecciones dedicadas a la literatura y el arte constituyen una magna contribución a la promoción y la protección eficaces de la espléndida cultura tradicional del Tibet y de su brillante literatura y arte popular.
La mundialmente famosa Historia del Rey Gesar, preciada epopeya forjada por el pueblo tibetano a lo largo de un prolongado período de su historia, es una maravilla insólita dentro del acervo literario no ya de China, sino del mundo entero. Se trata de una obra épica conservada y trasmitida oralmente por rapsodas y juglares. Con el fin de proteger este tesoro cultural de la etnia tibetana, en 1979 el gobierno de la región autónoma del Tibet estableció un organismo especial encargado de apoyarla y sistematizarla, desplegándose al mismo tiempo una amplia campaña de compilación, estudio y edición de la obra. El Estado incluyó
La literatura y el arte modernos del Tibet han recibido un gran impulso al combinarse con las formas, estilos y características tradicionales de la etnia. Tras la liberación pacífica del Tibet, un grupo de escritores y artistas del interior del país se adentraron en la región autónoma. Mientras profundizaban en la vida real de los tibetanos, exploraron las excelencias del arte y la literatura popular de esta etnia y crearon una serie de poemas, novelas, danzas y bellas obras artísticas, cinematográficas y fotográficas. De este modo, se introdujeron en la total o parcialmente cerrada sociedad tibetana nuevas ideas acerca de la literatura y el arte, así como nuevas experiencias en la creación literaria y artística. Un numeroso grupo de intelectuales tibetanos aficionados a la literatura y al arte se incorporaron a las nuevas filas de estas disciplinas artísticas y produjeron una gran cantidad de destacadas obras literarias y artísticas con evidentes peculiaridades étnicas. Después de la reforma democrática de 1959, en el Tibet surgieron un sinfín de obras literarias y artísticas de gran mérito, que acusaban ciertas influencias nacionales y foráneas, como los cantos de "En la montaña dorada de Beijing" y el "Canto de los siervos manumisos", el canto dramatizado "Paseo por la nueva ciudad", el canto coreográfico "Canto de la colada", la epopeya musical y coreográfica "Los siervos manumisos alrededor del sol", la obra teatral "La princesa Wencheng" y la película "El siervo". En los últimos 50 años, los trabajadores literarios y artísticos del Tibet han creado y representado 569 obras literarias, artísticas y teatrales, de las cuales 51 han obtenido premios nacionales y 121 han ganado premios regionales. En los últimos 5 años, los conjuntos artísticos profesionales de la región han ofrecido 4.887 espectáculos, a los que han asistido más de 2.790.000 personas/veces, lo que representa una media anual de 400 espectáculos en las entidades de base.
La literatura y el arte de las masas populares se desarrollan vigorosamente. Después de 1959, en las ciudades y las zonas rurales del Tibet los siervos emancipados organizaron grupos de aficionados al canto, la danza y la ópera tibetana. Utilizando las formas artísticas favoritas de las masas populares, estos grupos compusieron y escenificaron por iniciativa propia diferentes números sobre la nueva vida que floreció tras la manumisión. En 1963, se celebró el primer festival artístico popular de la región autónoma y se mandó una delegación a Beijing para tomar parte en un concurso artístico nacional de aficionados de las minorías étnicas. En ambos eventos, se representaron muchos números artísticos, caracterizados por la novedad de los temas y la notable presencia de peculiaridades étnicas, que pusieron de manifiesto el elevado nivel alcanzado por las masas populares en la creación literaria y artística. En los últimos 5 años, gracias al apoyo del Gobierno central y de las provincias y municipios hermanos, se ha acelerado considerablemente la construcción de las instalaciones culturales, en las que se han acumulado unas inversiones de 140,46 millones de yuanes. En la actualidad, el Tibet cuenta ya con más de 400 casas de arte popular, centros culturales y bases de difusión cultural de varios niveles. En estos locales culturales, pueden practicarse diferentes actividades recreativas y deportivas.