El desarrollo de la cultura nativa de la étnia tibetana(1)
2008-04-10 00:00

China es un país unificado con numerosas etnias. Miembro de la gran familia de la nación china, la etnia tibetana ha creado y desarrollado una espléndida cultura con rasgos propios en el curso de una larga historia caracterizada por el continuo intercambio y la interpromoción con las otras etnias, y la amalgama y la simbiosis con su cultura. La cultura de la etnia tibetana sigue mostrándose como una brillante perla engastada en la cultura no sólo china, sino mundial.

 

En su origen, la cultura nativa de la etnia tibetana estuvo formada por la cultura Tubo, que se extendía por el valle del río Yalong, en el curso medio de la cuenca del río Yarlung Zangbo, y la antigua cultura Shang-Shung, que floreció en la parte occidental de la meseta Qinghai-Tibet. En el siglo VII, durante el reinado de Songtsen Gampo, el budismo empezó a introducirse en el reino Tubo procedente de las planicies centrales de China, la India y Nepal. En su lenta evolución, el budismo fue adquiriendo características propias, proceso que culminó con la formación del budismo tradicional tibetano. Al mismo tiempo, el desarrollo de la cultura tibetana estuvo sometido al poderoso influjo de las culturas india y nepalesa de Asia meridional, de las culturas persa y árabe de Asia occidental, y, sobre todo, de la cultura de la etnia han de las planicies centrales de China. A lo largo de su proceso de desarrollo, la arquitectura y las artes plásticas como la escultura, la pintura, la decoración y la artesanía, así como la música, la danza, el teatro, el idioma, la literatura escrita, la literatura folklórica, la medicina y la farmacología tibetanas, la astronomía y el calendario han alcanzado un nivel alto en Tibet .

 

Por motivos históricos, el Tibet se convirtió en un régimen político local de servidumbre feudal, caracterizado por la fusión de las autoridades religiosas y las políticas, y por la concentración del poder en manos de un exiguo grupo de monjes y aristócratas de altas jerarquías. El budismo tradicional tibetano ocupó durante un período bastante largo un lugar hegemónico en la cultura tibetana. Esta situación se prolongó hasta 1959, año en que comenzó la reforma democrática. Durante ese período, un reducido grupo de monjes de las altas jerarquías monopolizó los medios de producción, la cultura y la educación. Los círculos culturales y artísticos estaban al servicio exclusivo de dicho grupo y de los altos funcionarios. Los siervos y los esclavos, que constituían el 95% de la población tibetana, vivían sumidos en la extrema miseria. Ni su fundamental derecho a la subsistencia estaba garantizado, para no hablar del derecho a disfrutar de la cultura y la educación. Además de frenar el avance de las fuerzas productivas, la prolongada vigencia de esa servidumbre feudal que imbricaba lo político con lo religioso provocó el autoaislamiento y el encogimiento de la cultura tradicional tibetana en algunas de sus facetas, como la de las reliquias culturales y la de los santuarios religiosos. En esa zona no existían las correspondientes ramas modernas de las ciencias, la tecnología, la educación y la cultura.

 

Desde la fundación de la República Popular China, el Gobierno Popular Central viene prestando suma atención a la protección y el fomento de la excelente cultura tradicional de la etnia tibetana. En 1951 el Gobierno Popular Central y el gobierno local del Tibet firmaron el "Convenio de 17 artículos" sobre la manera de liberar el Tibet pacíficamente. En dicho convenio se estipulaba claramente el "desarrollo paso a paso de la lengua, la escritura y la educación escolar de la etnia tibetana en conformidad con la situación concreta del Tibet". En 1959, el Tibet, con el apoyo del Gobierno central, emprendió la puesta en práctica de la reforma democrática, la abolición de la servidumbre feudal, la manumisión de millones de siervos y esclavos, así como la aplicación gradual del sistema de autonomía regional étnica. Todo ello marcó el inicio de una nueva etapa en el desarrollo social y cultural del Tibet. A partir de entonces, la cultura tibetana dejó de estar monopolizada por unos pocos monjes y nobles feudales, para entrar a formar parte de la herencia cultural de todo el pueblo tibetano, que, tras tomar posesión de ella, la ha desarrollado conjuntamente.

 

Durante estos últimos 40 años, de acuerdo con las estipulaciones de la Constitución y la Ley de Autonomía Regional Etnica, y a fin de satisfacer la exigencia del pueblo tibetano de gozar de un nivel de vida material y espiritual más elevado, el Gobierno Popular Central y el gobierno popular de la región autónoma del Tibet, al tiempo que impulsaban el desarrollo social y económico de esta región, han invertido numerosos recursos humanos, financieros y materiales, y han adoptado múltiples medidas legales, económicas y administrativas para proteger y dar mayor brillantez a la esplendorosa cultura tradicional de la etnia tibetana e implantar y desarrollar de forma decidida la ciencia, la cultura y la educación modernas, cosechando éxitos que han polarizado la atención mundial. Dueño de esta nueva época, el conjunto del pueblo tibetano se erige en heredero, impulsor y beneficiario de su cultura tradicional, y crea una cultura y una forma de vida civilizada y moderna, propiciando así la llegada de una época de prosperidad y desarrollo de la cultura tibetana sin precedentes.

 

Estudio, uso y desarrollo amplios de la lengua tibetana

 

La región autónoma del Tibet es la zona donde la etnia tibetana vive formando una comunidad compacta que representa el 95% de la población de toda la región. En el Tibet, la lengua tibetana es de uso generalizado. En conformidad con la Constitución y la Ley de Autonomía Regional Etnica, la región autónoma del Tibet presta suma atención a la salvaguarda y la garantía del derecho de los tibetanos al estudio, el uso y el desarrollo de su lengua. En 1987 y 1988, se promulgaron y entraron en vigor sucesivamente las Estipulaciones sobre el Estudio, el Uso y el Desarrollo de la Lengua Tibetana en la Región Autónoma del Tibet (a título experimental) y las Normas Específicas para la Implementación de las Estipulaciones sobre el Estudio, el Uso y el Desarrollo de la Lengua Tibetana en la Región Autónoma del Tibet (también a título experimental). La región autónoma del Tibet ha dirigido las actividades de estudio, uso y desarrollo del tibetano por el camino de su legalización. Los gobiernos tibetanos de los distintos niveles aplican las estipulaciones sobre la protección y el fomento de dicha lengua conforme a las leyes. De este modo, garantizan el derecho del pueblo tibetano a estudiar y a utilizar su propio idioma, contribuyendo con ello a que la lengua de la etnia tibetana experimente un progreso constante paralelo a su desarrollo político, económico y cultural.

 

La lengua tibetana es de uso generalizado en todos los ámbitos de la vida social del Tibet. Desde la reforma democrática de 1959, se emplean simultáneamente el tibetano y el han (chino) en las resoluciones, las leyes y los reglamentos aprobados por las asambleas populares de la región autónoma del Tibet, así como en los documentos oficiales y anuncios promulgados por los gobiernos y los departamentos gubernamentales tibetanos de los distintos niveles. En los procesos judiciales, para los litigantes de la etnia tibetana la causa se tramita en tibetano, lengua que también se usa para redactar los documentos jurídicos. En sus sellos oficiales, documentos, formularios, sobres, papeles de cartas, papeles de manuscritos y carteles, las entidades usan simultáneamente el tibetano y el han, lenguas presentes asimismo en los letreros de los organismos, las fábricas, las minas, las escuelas, las estaciones, los aeropuertos, las tiendas, los hoteles, los cines, los gimnasios, los nombres de calles, las señales de tráfico, etc.

 

Actualmente, la radio y la televisión de la región autónoma del Tibet emiten programas en tibetano durante más de 20 horas diarias. El Canal de Televisión por Vía Satélite de Tibet, inaugurado el 1º de octubre de 1999, transmite diariamente programas en tibetano y teleseries dobladas al tibetano. Se insiste en orientar el cine hacia las entidades de base y las zonas agrícolas y ganaderas. Asimismo, se garantiza que en toda la región se proyecten cada año 25 películas nuevas dobladas al tibetano. La publicación de libros y periódicos en esta lengua ha experimentado un rápido desarrollo. En los diez años transcurridos desde 1989, se han editado 441 tipos de libros en tibetano, muchos de los cuales han sido premiados dentro y fuera de China por su excelente calidad. Según las estadísticas, en Tibet circulan 14 revistas y 10 periódicos en tibetano. La edición en tibetano del Diario del Tibet publica diariamente un gran número de artículos recogidos y redactados en esta lengua; por otra parte, se han invertido cuantiosos fondos y se han implantado la composición y la redacción informatizadas en tibetano, poniendo así punto final a la composición con tipos de imprenta. El Periódico de ciencia y tecnología del Tibet y el Periódico de informaciones de ciencia y tecnología del Tibet, de los que también se publican ediciones en tibetano, son objeto de una excelente acogida entre los campesinos y pastores. Todos los grupos artísticos del Tibet producen programas artísticos en tibetano y los presentan en la misma lengua.

 

Las leyes garantizan el estudio y aprendizaje de la lengua tibetana. Los departamentos educacionales de la región autónoma del Tibet aplican en todos sus aspectos un sistema de educación bilingüe basado en el uso del tibetano como lengua curricular. Se han redactado en tibetano y se han traducido a esta lengua todos los materiales didácticos y los datos de referencia de los cursos que integran la enseñanza primaria y la secundaria del primer y segundo ciclos.

 

Los avances de nuestra época y el desarrollo social han traído consigo el enriquecimiento y mejora constantes de la lexicografía y la lingüística tibetanas. Los trabajos de regularización de la nomenclatura específica en tibetano y de estandarización de la tecnología informática han hecho enormes progresos. El programa codificado en tibetano ha alcanzado oficialmente no sólo el estándar estatal de China, sino el internacional, de manera que la informatización en lengua tibetana está dándose a conocer al mundo entero.

 

Preservación eficaz y utilización activa de reliquias históricas y libros antiguos

 

En el viejo Tibet, la preservación de reliquias históricas era casi una práctica inexistente. Tras la reforma democrática del Tibet, este trabajo atrajo poderosamente la atención del Gobierno Popular Central. En junio de 1959, China estableció la Comisión Administrativa de Reliquias Culturales, Lugares Históricos, Documentos y Archivos del Tibet, comisión que se ha encargado de reunir y proteger una gran cantidad de reliquias históricas, archivos y libros. Al mismo tiempo, el Gobierno Popular Central organizó grupos especiales de trabajo, y los envió a Lhasa, Xigaze, Shannan y otros lugares con la misión de investigar sobre el terreno el estado de las principales reliquias históricas. Nueve lugares, entre ellos el palacio de Potala, el templo de Jokhang, el monasterio de Ganden, la tumba del rey tibetano, el monumento anti-británico erigido en la montaña Dzong de Gyangze y las ruinas del reino Guge fueron incluidos en la primera lista de entidades de protección de importantes reliquias históricas de nivel estatal, publicada por el Consejo de Estado en 1961. Incluso en los tiempos especiales de la "gran revolución cultural", el Primer Ministro Zhou Enlai ordenó que se tomaran medidas especiales para la protección de lugares que albergaban importantes reliquias históricas, entre ellas el palacio de Potala, evitándose así su destrucción. Después de la "gran revolución cultural", el Gobierno Popular Central ha restaurado y protegido oportunamente numerosas reliquias culturales, tarea en la que ha invertido más de 300 millones de yuanes para reparar y reabrir más de 1.400 templos y monasterios. Pero la empresa más ambiciosa ha sido la llevada a cabo entre 1989 y 1994, período en el que el Gobierno Popular Central asignó 55 millones de yuanes y una enorme cantidad de metales preciosos, como el oro y la plata, a la restauración del palacio de Potala. Se trata de una iniciativa sin precedentes en la historia de la labor de protección de reliquias culturales de China. En mayo de 1994, por encargo del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO (institución de la ONU), los especialistas inspeccionaron el renovado palacio de Potala. Según su dictamen, tanto el diseño como la ejecución del proyecto de restauración demostraban estar a la altura de los niveles internacionales más avanzados, de modo que representaban un "hito maravilloso en la historia de la conservación de construcciones antiguas" y suponían "una extraordinaria contribución a la protección no ya de la cultura tibetana, sino de la cultura mundial". En diciembre de 1994, el Comité de Patrimonio Mundial aprobó por unanimidad incluir el palacio de Potala en la Lista de Patrimonios Mundiales por el alto valor que tiene y por la mejor protección que goza. Los delegados de los distintos países apoyaron, además, incluir el templo de Jokhang en la misma lista. En la actualidad, el Gobierno Popular Central destina una partida anual de entre 4 y 5 millones de yuanes al fondo para la protección de las reliquias históricas del Tibet. De 1994 a 1997, el Gobierno Popular Central ha invertido cerca de 100 millones de yuanes en la construcción del Museo de la Región Autónoma del Tibet, que ocupa un área de 52.479 metros cuadrados y cuya superficie construida es de 21.000 metros cuadrados. Se trata de uno de los pocos museos modernos del país.

 

En 1965 el gobierno popular de la región autónoma del Tibet estableció el comité de administración de las reliquias culturales de la región autónoma, cuya principal misión consiste en gestionar la protección de las reliquias culturales de la región. Dicho comité publicó la lista de 11 entidades que gozan de la protección de nivel regional, como el monasterio de Ramoche, el monasterio de Radreng y el monasterio de Tsurpu, y restauró algunas de ellas cuya preservación exigía una acción urgente. A partir de la década de los 80, la región autónoma del Tibet promulgó una serie de leyes y de reglamentos sobre la protección de reliquias culturales: la Proclama del Gobierno Popular de la Región Autónoma del Tibet sobre el Fortalecimiento de la Protección de las Reliquias Históricas, las Disposiciones Provisionales de la Región Autónoma del Tibet sobre la Administración de las Reliquias Culturales Diseminadas, los Reglamentos Administrativos de la Región Autónoma del Tibet sobre la Protección de las Reliquias Culturales, los Procedimientos Administrativos Relacionados con la Protección del Palacio de Potala, etc. Todo ello permite que las labores de protección de las reliquias culturales del Tibet avancen por el camino de la administración legalizada y normalizada. Al mismo tiempo, los recursos humanos dedicados a la protección de las reliquias culturales del Tibet, que eran un cero, aumentan día a día. Según las estadísticas, en Tibet hay más de 270 personas dedicadas exclusivamente a los trabajos arqueológicos de protección de las reliquias culturales, el 95% de las cuales pertenecen a la etnia tibetana.

 

En los trabajos arqueológicos relacionados con las reliquias históricas se han logrado éxitos notables. Las excavaciones llevadas a cabo en las ruinas de Karuo, Qamdo, han polarizado la atención de los círculos de reliquias culturales tanto de China como del extranjero. A partir de la década de los 70, los arqueólogos chinos emprendieron diversas excavaciones arqueológicas de reliquias culturales en Tibet, en las que hallaron vestigios de seres humanos del neolítico y del paleolítico, de tal manera que poco a poco se ha ido descorriendo el misterioso velo que cubría la sociedad, la historia y la cultura tradicional de la etnia tibetana. En las investigaciones generales de las reliquias históricas de toda la región, realizadas desde mediados de los años 80 hasta principios de los años 90, se descubrieron y estudiaron más de 1.700 yacimientos arqueológicos, se desenterraron y recogieron varios miles de objetos, se procedió a la sistematización inicial de los materiales formados por más de 6 millones de caracteres, más de 670 dibujos, se tomaron más de 30.000 fotos, y se calcaron más de 400 epitafios, esculturas de piedra y murales. Todos estos materiales han permitido trazar las líneas maestras de la evolución y el desarrollo del Tibet desde la antigüedad hasta nuestros días, en las que se ponen de relieve los prolongados intercambios culturales entre, por una parte, la etnia tibetana, y, por otra, la etnia han y las etnias vecinas. Todo ello ofrece a los arqueólogos del presente y del futuro una base detallada y precisa para ampliar y profundizar los trabajos arqueológicos y la protección de las reliquias culturales. Actualmente, hay en Tibet 18 entidades importantes bajo la protección de reliquias culturales de nivel estatal; 3 ciudades culturales e históricas de nivel estatal; 64 entidades bajo la protección de reliquias culturales de nivel regional; y más de 20 entidades bajo la protección de nivel distrital o municipal. En los últimos años, el Tibet ha celebrado con gran éxito exposiciones de sus reliquias históricas en Japón, Francia, Italia, Argentina y otros países. De esa manera se promueve el intercambio cultural entre la etnia tibetana y las otras etnias del mundo, y se incrementa el conocimiento del Tibet por parte de la comunidad internacional.

 

Los documentos y archivos del Tibet gozan de la protección adecuada. En China, la extraordinaria abundancia y la gran variedad de los documentos y archivos en tibetano siguen inmediatamente a los en han. En cumplimiento de las instrucciones del Consejo de Estado, en junio de 1959 el comité preparatorio de la región autónoma del Tibet promulgó Reglamentos sobre el Fortalecimiento de la Gestión de Reliquias Culturales, Documentos y Archivos; emprendió la tarea de restaurar, recoger y custodiar los documentos, archivos y materiales del antiguo gobierno local y de los departamentos a él subordinados, así como los documentos y archivos coleccionados por los templos, los monasterios y los nobles; y estableció el sistema relativamente completo de archivos depositados en el museo. En 1984, el Gobierno Popular Central asignó cuantiosos fondos a la construcción del Archivo de la Región Autónoma del Tibet, dotado de instalaciones modernas y capaz de cumplir todas sus funciones, lo que ha supuesto una considerable mejora de las condiciones de gestión de los archivos. En la actualidad, el fondo documental del Archivo está formado por más de 3 millones de volúmenes. El Archivo ha redactado y publicado Selección de archivos históricos del Tibet y Lista del año Tigre de Hierro, poniendo así a disposición del público una serie de libros de un valor incalculable para el estudio del Tibet. Los departamentos de los distintos niveles de esta región han coleccionado más de 4 millones de volúmenes de archivos en papel, seda, madera, metal, piedra, hoja de pattra y otros materiales. Más del 90% de los textos están en tibetano, mientras que en el resto están representados 10 tipos de sistemas de escritura, entre los que destacan los correspondientes al han, el manchú, el mongol, el hindi, el sánscrito, el nepalés, el inglés y el ruso. El contenido de los archivos abarca desde la dinastía Yuan hasta la época contemporánea, lo que los convierte en un archivo histórico cronológicamente exhaustivo.

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